
Las vacunas no causan autismo. Esta cuestión ha sido investigada a fondo por los principales expertos en salud, incluido el Instituto de Medicina (ahora Academia Nacional de Medicina), que concluyó que no existe ninguna relación.
El IEC se dedica a mejorar la atención sanitaria de las personas con discapacidad intelectual y/o del desarrollo (IDD), incluido el autismo. Nos preocupa la decisión de los CDC de poner en marcha un nuevo estudio sobre las vacunas y el autismo.
Estudios como éste hacen perder un tiempo y unos recursos preciosos. Peor aún, también pueden perjudicar a las personas autistas:
- Desvío de fondos para ayudas significativas a la salud y la vida
- Poner en peligro la salud pública erosionando la confianza en vacunas seguras y eficaces
Hay que centrarse en soluciones prácticas que ayuden a los autistas a gozar de la mejor salud y vida posibles:
- Ampliar el acceso a una atención sanitaria de calidad para las personas con autismo y otras discapacidades
- Aumentar la financiación de la investigación sobre los servicios que necesitan las personas con autismo y otras discapacidades intelectuales y la mejor manera de prestarlos.
- Reforzar los programas de vacunación para prevenir la propagación de enfermedades a las que las personas con IDD pueden ser más susceptibles debido a su situación vital.
Es hora de avanzar. Centrémonos en trabajar con las personas con IDD para mejorar su salud y su calidad de vida.